domingo, 21 de agosto de 2016

transplante

los muertos que yo mato
gozan de buena salud
por eso los cremo
porque en el fuego
la naturaleza
se renueva
íntegra



desiertos de lo real


viernes, 4 de marzo de 2016

un poema escrito en la pared de la dirección nacional de registro civil





sillas de hospital
sin revistas
estériles
un televisor panavox
pasando grabaciones de los noventa que muestran
personas imprimiendo documentos y recuerdos
de mi tío quemando su cédula
cuando la dirección nacional de registro civil
no podía saber su nombre.

los ductos de aire huelen a moho
a nombres borrados
a un poema en la pared 
del que solo recuerdo dos palabras:
miseria.
peste.





viernes, 11 de diciembre de 2015

temperley



la certeza de que hay
en la sala de máquinas
un ventrílocuo sin ojos
escribiendo postales de repúblicas soviéticas
donde cuenta sus amores de la infancia
a marineros que perdieron la inocencia
apostándola a la ruleta rusa.

la certeza de que sus manos ya escribieron
el tiempo denso que se arrastra debajo nuestro
y se mece a sí mismo esperando el mareo
como un gigante encandilado por el olor de la presa
como un nido de babosas flotando en el sumidero
como el frío que repta en las entrañas ignorando nuestra presencia.

la certeza de que fueron sus manos
cubiertas de goma espuma y tela china
las que regaron combustible en los puentes incorpóreos
en el cemento armado hasta los dientes
en su invisible raíz de algas marinas
guiado por voces que nos dejaron 
varados en medio del agua
sosteniendo velas apagadas.

la certeza de que fueron esas manos las que nos vendieron
un seguro de vida hace demasiado tiempo
nos dejaron su número marcado en la espalda 
prometieron que volverían y las mordimos 
porque creímos que ya no nos darían de comer.

la certeza de que son esas manos
frenéticas, inestables, irreales
esas máquinas de movimiento perpetuo
las que mecen ahora la cuna
acertando erráticamente cada paso que damos
amoldando sus huellas para dejarlas
en los caminos que nos llevan a ciudades 
siempre idénticas a la que dejamos atrás.




sábado, 19 de septiembre de 2015

mantra del sueño



arrastrate arriba 

donde las olas rompen

dios sabrá

(siempre lo hace)

las redes de arrastre serán 

el fin seco del cielo



al final

prevaleceremos

para ahogar a los espíritus

en las húmedas arenas rojas




viernes, 4 de septiembre de 2015

asiria

cuando me despierto me está mirando
y me pregunta ¿qué vas a hacer hoy?
¿vas a mimetizarte con la mugre de las sábanas?
¿vas a calcinarte en el microcentro?
¿vas a darme de comer?

mi perro es medio boludo
no entiende cuando le hablo
no trae el palo cuando se lo tiro
no me dice nada sobre mi vida
¿de quién fue la idea de adoptarlo?
yo quería tener un gato que se llamara ozymandias y durmiera todo el día
que meara en una caja en una esquina de mi cuarto
para sentir el olor subiendo mientras duermo
para sentir que estaba ahí aunque no lo viera
los gatos no son fieles, son erráticos
hacen su mundo con las cosas que les importan
los gatos no se meten en la vida ajena
"qué horrible, ¿no querés a tu perro?" 
no, no quiero a mi perro
no lo pedí, no me preguntaron si quería tenerlo
ni siquiera lo adoptaron, es comprado
pasa el día encerrado en el patio y aún así
las dos veces al día que le doy de comer
salta y me lame y me mueve la cola.

desde antes que naciera en mi casa había una perra
sin raza, chica, de pelo negro
traía los palos y corría
sabía cuándo iba a comer
cuándo iba a pasear
cuándo le tocaba bañarse
por eso no entendí
cuando se puso atrás del auto mientras mi padre arrancaba
pero me llegó antes el sonido de los huesos que su cara
me encontré teniendo una perra renga
comprando cremas, vendajes y calmantes
haciéndole masajes, durmiéndome con ella.
hasta que el pecho se le empezó a abultar
y el pelo se le fue quedando blanco o lo fue perdiendo
el veterinario dijo que había que inyectarle aire
yo le dije que al menos ella no se enterara
me dijo que los perros no tienen conciencia de la muerte.

son las dos de la mañana, estoy en el trabajo y no me pregunto
porqué trabajo o porqué respiro
pero sale un torrente de gente de una de las salas
y me imagino que todos corren contra la baranda de hierro
que guarda las corrientes de aire del tercer piso del shopping
van sonriendo, se tiran adelante y no frenan
no se preguntan porqué corren, porqué saltan
quién les da de comer, a quién mueven sus colas
me doy cuenta de que ya no hay camposantos
hay crematorios, hay urnas, hay parques del recuerdo
hay flotas de carrozas vagando en las calles.

cuidado con los perros que saltan al vacío
porque nunca sabremos qué subyace
en las redes finas de sus neuronas espejo.

presagio

"Son las perlecitas ateridas
las lágrimas del llanto de Medusa
desconocidas"

Eduardo Darnauchans

escuchen el grito del hombre mono.
el eco que nace de tus nervios raquídeos 
de las fábulas que te repitieron
de los caballos antropomorfizados
con los signos brillando en la frente
con la marca de nacimiento de tus antepasados
inculcada en tus ojos
taladrada hasta el hueso
no a lágrimas
a hierro y sangre
a fuego y veneno.

escuchen el grito del hombre mono.
si fueras el peregrino del pueblo
traerías objetos de tierras lejanas
todos bailaríamos a tu alrededor
cuando las llamas siguieran a tus ojos
lloraríamos de placer
y te alzaríamos un altar
a tu imagen y semejanza
para que los hombres supieran
en el devenir del tiempo
que la tierra que pisan
no estuvo ganada con rosas
no fue entregada en tus manos;
ojalá pudieran ver las cabezas rodando
ojalá entendieran que los medios justifican los fines.

escuchen el grito del hombre mono.
si nos pudieras ver ahora
buceando en tu tierra infértil
parándonos en tus hombros para ver
la cresta de los muros de vidrio picado
tenías razón 
como siempre tenías razón
mis manos sangraron
como siempre 
tenías razón
una treintena de jabalíes escupió en tu boca
las venas inmaculadas de tus ojos en blanco.

escuchen el grito del hombre mono.
vienen a buscar lo que ya encontraron.
se acercan desde el agua,
reptando por las rocas
para decirte que la salvación no es lo importante.
vomitá en sus escamas,
que tus poderes curativos
hagan renacer las piernas que perdieron,
y entonces sí, deciles
que escuchen el grito del hombre mono.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

flora de fray bentos

están dando una película tan aburrida
que estoy mirando un punto fijo a través de la pantalla
pero es lo único que hay para ver
está bien, no me está saliendo mucho
una cama, un televisor, yo,
no preciso nada.
muevo la antena otra vez
me paro en la cama levanto las manos ¿podría caerme un rayo?
intenté escribir y terminé con las manos llenas de tinta
sólo hay jabón de hotel del que es naranja
y ahora es azul oscuro.

la única vez que estuve en un motel así tenía seis años
viajaba a buenos aires con mi padre 
la aduana nos paró pidiendo la póliza del seguro
yo no sabía qué era una póliza de seguro
pero parecía que era poco importante
aunque el señor de la aduana no opinara lo mismo.

el motel fue lo más cerca que encontramos
era una casa vieja que atendía una señora 
que parecía haber vivido ahí demasiado tiempo
como para recitar la colección de cuadros de flores 
de todos los cuartos 
en orden alfabético, 
de aparición 
y de clasificación biológica.
"¿acompañantes no?" preguntó
mi padre asintió pero vi
que las venas del cuello
se le ponían violetas.
nos acompañó a una pieza
apta para una persona
adaptada para dos
camas del largo del cuarto
medio metro adelante para un televisor
una mesa de luz
un cuadro de un velero.

eran las dos y media de la mañana
pero en la televisión estaba fox kids
mi padre me dejó quedarme mirando
se quedó hasta que se durmió sentado como siempre
sentado como siempre
yo me quedé mirando y se hicieron las cinco
los ojos me ardían pero la luz era azul
envolvía todo y me pareció que estaba soñando
nunca me dormí más feliz.

ese año domingo por medio
me levantaba temprano iba al cuarto de mi padre
prendíamos la tele y mirábamos fórmula 1
y cuando terminaba empezaban los dibujitos
tex avery, sonic y su banda
sherlock holmes en el siglo XXII
a papá le gustaba ese.
hacía el desayuno mientras mirábamos dibujitos
y el sol empezaba a entrar por las ventanas.

pero papá no me dejaba quedarme a dormir en su cama
porque ya estaba grande 
porque quería su espacio
porque yo era varón
porque sentía asco.


ya es tarde, el motel es chico
o al menos parece que se estuviera
constringiendo sobre sí mismo.
fox kids ya no está en el cable.
toco las paredes,
son como los vidrios
de una incubadora.